El Papa León XIV se reunió con los participantes del Jubileo de las Iglesias Orientales en la mañana del miércoles 14 de mayo. La audiencia, realizada en la Sala Pablo VI, contó con la presencia de 5 mil fieles de los ritos etíope, armenio, copto, sirio-oriental y bizantino provenientes de diversos países.
León XIV saludó a los fieles con el saludo pascual muy usado en esos ritos: “¡Cristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!”. “Estoy feliz de conocerlos y de dedicar uno de los primeros encuentros de mi pontificado a los fieles orientales”, dijo.
Preservar los ritos en diferentes contextos culturales 6l52v
Citando a Francisco y a León XIII, el Papa reforzó la importancia de estos ritos para la Iglesia y la necesidad de preservarlos en medio de otras culturas. Recordó que muchos fieles viven en contextos de guerra y persecución religiosa, y se ven obligados a dejar sus patrias. Sin embargo, ante la dificultad de encontrar comunidades que celebren el mismo rito, corren el riesgo de perder no solo su tierra, sino también su identidad religiosa.
“Acogemos el llamado a proteger y promover el Oriente cristiano, especialmente en la diáspora; aquí, además de erigir, donde sea posible y apropiado, circunscripciones orientales, es necesario sensibilizar a los latinos. En este sentido, pido al Dicasterio para las Iglesias Orientales —a quienes agradezco su labor— que me ayuden a definir principios, normas y directrices por medio de las cuales los pastores latinos puedan apoyar concretamente a los católicos orientales en la diáspora, conservar sus tradiciones vivas y enriquecer el contexto en el que viven con su especificidad”.
‘La Iglesia los necesita’ 3g605m
León XIV destacó la riqueza de la liturgia oriental y la contribución que puede ofrecer a Occidente.
“La Iglesia los necesita. ¡Cuán grande es la contribución que el Oriente cristiano puede ofrecernos hoy! ¡Cuánto necesitamos recuperar el sentido del misterio, tan vivo en sus liturgias, que envuelven a toda la persona humana, cantan la belleza de la salvación e inspiran iración ante la grandeza divina que abraza la pequeñez humana! ¡Y qué importante es redescubrir también en Occidente el sentido de la primacía de Dios, el valor de la mistagogía, de la intercesión incesante, de la penitencia, del ayuno, del llanto por los propios pecados y por los de toda la humanidad (penthos), tan característicos de las espiritualidades orientales!”
Y añadió:
“Sus espiritualidades, antiguas y siempre nuevas, son medicinales. En ellas, el sentido dramático de la miseria humana se funde con el asombro por la misericordia divina, de tal manera que nuestra bajeza no conduce a la desesperación, sino que nos invita a acoger la gracia de ser criaturas sanadas, divinizadas y elevadas a las alturas celestiales. Debemos alabar y agradecer infinitamente al Señor por ello.”
Cantar palabras de esperanza 4z2d2m
El Papa recordó además que los fieles orientales, al vivir en contextos de violencia, guerra y persecución, son quienes más pueden cantar palabras de esperanza. Y recordó que el Papa Francisco los ha llamado “iglesias mártires”.
“La paz de Cristo no es el silencio mortal que sigue al conflicto, no es fruto de la opresión, sino un don que mira a las personas y reactiva la vida. Oremos por esa paz que es reconciliación, perdón, valentía para pasar la página y comenzar de nuevo.”
Compromiso por la paz 1i3yy
Al final de su discurso, el Papa se comprometió a trabajar por la paz:
“Para que esta paz se difunda, haré todo lo posible. La Santa Sede está disponible para que los enemigos puedan encontrarse, mirarse a los ojos, y que los pueblos puedan recuperar la esperanza y la dignidad que merecen: la dignidad de la paz. El pueblo quiere paz, y yo, con el corazón en la mano, digo a los líderes: ¡encontrémonos, hablemos, negociemos! La guerra nunca es inevitable.”
León XIV concluyó agradeciendo a los fieles de los ritos orientales y deseando que sean una Iglesia abierta, de comunión y transparente. “Gracias, gracias, queridos hermanos y hermanas de Oriente, de donde surgió Jesús, el Sol de Justicia, para que seamos ‘luz del mundo’ (cf. Mt 5,14). Continúen brillando con la fe, la esperanza y la caridad —y nada más.”
Foto: Vatican Media
